13/11/08

¨Guerra¨ entre reyes y peones en Dresde.

El tema del ajedrez es recurrente por estos días ya que la Olimpíada Mundial comenzó hace unas horas en Dresde, Alemania, y allí están representando a Cuba los equipos de uno y otro sexo.

Es la vigésimo quinta ocasión en que la Mayor de las Antillas toma parte en este tipo de justa en la rama masculina, con Jesús Nogueira como el máximo exponente al completar ahora su incursión número catorce en esa fuerte lid.

Nogueira tiene el mayor por ciento de efectividad de por vida con 82,5 puntos en 142 partidas, mientras que el genial José Raúl Capablanca, ganador del máximo premio defendiendo el primer tablero en la Olimpíada de Buenos Aires, en 1939, obtuvo 11,6 unidades y jugó para un 71,9. Los representantes cubanos han sostenido 388 duelos con 175 victorias, 87 empates y 126 reveses. Nuestras muchachas, por su parte, han participado en las últimas 11 ocasiones.

Las Grandes Maestras Vivian Ramón y Maritza Arribas han estado en nueve de ellas. Vivian acumula 57,5 puntos y Maritza 53. Ellas han sido protagonistas en 153 matches, en los que han logrado 73 éxitos, han pactado el armisticio 30 veces y han perdido 49 partidas.

Esta Olimpíada Mundial constituye un reto difícil para los equipos cubanos, pues enfrentan a gran parte de los mejores jugadores del mundo.

Por cierto, el juego ciencia no ha quedado exento de la emigración de jugadores como ocurre en otras disciplinas del deporte hoy en día. Países como Israel y Estados Unidos –para poner dos ejemplos bien elocuentes-, como regla se hacen representar por ajedrecistas provenientes de la antigua Unión Soviética y otras repúblicas exsocialistas de Europa del Este.

El ajedrez es un deporte que mueve una gran cantidad de dinero, y donde este señor está las cosas no siempre marchan bien.

Pero de vuelta al ámbito olímpico de los trebejos, es de significar que las escuadras cubanas viajaron a Dresde bien preparadas y con firmes convicciones de rendir la mejor actuación de todos los tiempos.

























































































11/11/08

Ciclismo de pista: una nueva temporada... y Cuba irá por más.

El 31 de octubre comenzó en Manchester, Inglaterra, la temporada 2008 – 2009 del ciclismo de pista con la primera manga de la Copa del Mundo desarrollada en el Velódromo olímpico de esa ciudad británica, dándole cumplimiento así al nuevo calendario de la Unión Ciclística Internacional (UCI).

Los participantes en la primera fase sólo obtuvieron puntos para el ranking mundial UCI. Sin embargo, quienes asistan a las cuatro restantes paradas de la Copa habrán iniciado el camino rumbo al Campeonato del orbe de la especialidad, que se efectuará en la ciudad polaca de Pruskow del 23 al 29 de marzo de 2009.

Cuba no estuvo representada en la competencia de Manchester, pero casi seguro lo hará en las restantes cuatro fases de la Copa Mundial, porque de lo contrario no podrá asistir a la confrontación polaca. El segundo evento de la Copa será en Melbourne, Australia, del 20 al 22 de Noviembre; la tercera en Cali, Colombia, entre el 11 y el 13 de Diciembre; la cuarta en Beijing, China, del 16 al 18 de enero 2009; y la quinta y última en Copenhaguen, Dinamarca del13 al 15 de Febrero.

Un total de 17 pruebas componen el programa competitivo de la Copa Mundial, de ellas 9 son para los hombres y 8 para las mujeres, para un total de 17 eventos.

Cuba se distingue entre los pocos países que tienen medallistas mundiales y olímpicos en el ciclismo de pista, cuyo cierre con broche de oro en la temporada anterior estuvo a cargo de la villaclareña Yoanka González, subcampeona olímpica en la prueba por puntos en Beijing 2008. Era la medalla que añoraba el ciclismo cubano: la olímpica, y Yoanka la conquistó de manera convincente.

Pero otras jóvenes figuras se empinan hacia la cúspide tras las huellas de Yoanka. Existe una hornada de talentos que ya comenzó a rendir muy buenos dividendos. Lisandra Guerra e Iraida García son dos buenos ejemplos. Y como ellas hay otras más. Sólo queda esperar para verlas encumbrarse.