8/7/09

Alto rendimiento en el deporte: entrenar, entrenar y entrenar.

El deporte de alto rendimiento de antes y de hoy día requiere de una rigurosa preparación física, técnico, táctica y psíquica en el afán de que los atletas y equipos alcancen resultados importantes en el concierto deportivo mundial.

La inmensa mayoría de los entrenadores y técnicos aseguran de que una gran parte de los éxitos se conquistan en los entrenamientos, los cuales exigen tesón, disciplina y sistematicidad de los deportistas.

No pocas veces los entrenadores aplican como fórmula que ¨quien no venga al entrenamiento del domingo no irá al próximo evento internacional¨, mientras que otros le dan mucha importancia a la responsabilidad individual y colectiva, así como a los sentimientos. Es decir, en la preparación de los atletas y equipos deportivos coexisten múltiples factores que juegan un rol importante camino a obtener medallas en las competencias internacionales.

Entrenadores, asistentes, médicos, masajistas, psicólogos, todos deben ejercer su papel, que está indisolublemente ligado a la autoridad ganada ante atletas y el colectivo en general. Es imposible pretender que el atleta llegue en hora al entrenamiento si el primero que no está es el jefe del colectivo.

En el deporte, como en otras facetas de la vida, predicar con el ejemplo contribuye a despejar el camino hacia el podio de premiaciones. El rigor, la exigencia y, por supuesto, el buen ejemplo se dan la mano en las preselecciones y equipos deportivos.

A veces uno se pregunta cómo es posible que un atleta o equipo con posibilidades y maestría deportiva, no se desempeñe con eficacia en las competiciones.

Entre las respuestas más probables pueden estar que no se preparó bien o, sencillamente, no cumplió con disciplina el programa de entrenamiento concebido.

Para ser campeón no basta solo con el talento y las capacidades físicas, también se necesita disciplina y consagración. La práctica de la vida lo demuestra todos los días.













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