9/8/08

Beijing: Un sueño y una realidad.

Confieso que nunca antes había visto tanta majestuosidad confabulada con la sencillez, la cultura y la historia. De momento me pareció que la perfección al fin había encontrado su justo sitio - precisamente en Beijing- , una ciudad de un país como China con una historia milenaria.
Estas percepciones vinieron a mi mente cuando presenciaba la inauguración de los Juegos Olímpicos este ocho de agosto. Llegó la hora y el día de ¨revelar¨ los íntimos secretos de una ceremonia de apertura cronométricamente concebida en el estadio ¨nido de pájaro¨, el recinto olímpico que acogió ese trascendente acontecimiento del deporte mundial.

Música, danza, luces, magia, arte en fin; una mezcla extraordinaria de belleza, pulcritud y fino gusto para una ocasión especial y de tanta originalidad.

El desfile de los 205 países representados lo encabezó Grecia, nación que acogió en 1896 los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna y que hace cuatro años fue sede de la vigésimo octava edición, hasta que la delegación anfitriona, China, tuvo a su cargo el cierre.

En un momento de particular solemnidad, el Presidente de la República Popular China, Hu Jintao, dejó oficialmente inaugurados los Juegos Olímpicos del 2008.

Minutos antes el Presidente del Comité Organizador de los Juegos se refirió a lo que constituye para China ser sede de una competencia del tal magnitud, mientras que el máximo dirigente del Comité Olímpico Internacional (COI), el belga Jacques Rogge, dijo que en la noche de este viernes el sueño del pueblo chino se había hecho realidad con la inauguración de los Vigésimo novenos Juegos Olímpicos.

En su alocución, Rogge convocó a los atletas participantes a divertirse y a disfrutar de la fiesta deportiva, pero con respeto, limpieza y total entrega.
La entrada de la antorcha olímpica al ¨nido de pájaro¨ luego de recorrer cientos de miles de kilómetros por el mundo y el extenso territorio chino, constituyó el clímax de la jornada inaugural de los Juegos.

Plasticidad, imaginación y encanto tejieron un entramado de emociones y hermandad de los pueblos. Como rayo de luz que alumbra el futuro, se prendió el pebetero olímpico que no se apagará jamás, porque sólo pestañará el 24 de agosto para encenderse nuevamente en la cita de Londres 2012.

¡Conquista China el primer oro de los Juegos!, un titular de primera plana. No tengo dudas.

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